lunes, noviembre 11, 2019

Tras el debate: el exasperante laberinto español

Publicado en Diario16 el 5/11/2019 https://diario16.com/tras-el-debate-el-exasperante-laberinto-espanol/

El debate a cinco (Sánchez, Casado, Rivera, Iglesias y Abascal) por televisión pienso que ha ofrecido varios aspectos significativos. De una parte, ha servido para reforzar a los públicos respectivos que las diversas encuestas asignan a este quinteto de partidos (y a otros aunque no hayan estado, por derivación), con el añadido de que probablemente se ha reducido al menos un poco más la enorme abstención que pende sobre el 10N, lo cual retocará los distintos porcentajes y escaños citados. Y por tanto y por otro lado, creo que no debe hablarse de perdedor alguno en este debate: los cinco ¨lo han ganado” alcanzando más o menos, como he dicho, a sus audiencias-objetivos.
En definitiva, el debate (en el que, naturalmente, han aparecido pluralidad de propuestas, adelantando Pedro Sánchez, por cierto y por ejemplo, que si gobierna habrá una vicepresidencia de economía ocupada por la actual ministra del ramo, Nadia Calviño), es una resultante lógica de estos últimos meses. Esto es, a menos de una semana de las inminentes elecciones generales del 10 de noviembre, se remarca la tendencia de toda la muy larga campaña -legalmente “pre”- y campaña propiamente dicha minimizada a siete días. Incluida como he anotado atrás la probable aún notable abstención del electorado, singularmente el de izquierda, y con ello el asimismo probable bloqueo institucional. De manera que, o no habrá gobierno y con ello iríamos a una increíble convocatoria electoral más, o si lo hay, su debilidad será de tal calibre que, a mitad de legislatura, tendríamos quizás servido el adelanto de elecciones generales.
Hablar pormenorizadamente de esta dilatada campaña de facto, ya se me hace tedioso, de verdad. En general y con excepciones y algunas diferencias (el clímax, véase con los resultados del 10N respecto a los del 28A), vuelve a reinar nuevamente la falta de finura estratégica, de creatividad e incluso, en algunos casos, de buena planificación mediática. Penoso. Y todo esto no ayuda, es obvio, a reducir el índice de abstención.
En realidad, el ir a unas elecciones el 10N a mi no me pareció mal. Me explico: sabido es que recomendé comicios en el otoño de 2018, después para al menos el comienzo de 2019, y más tarde (como último recurso) hacerlos coincidir el 26M con los autonómicos, municipales y europeos. Es palmario que no tuve éxito alguno en cualquiera de las tres sugerencias. Así, las elecciones del 28A ofrecieron un claro triunfo del PSOE, sí, pero asimismo la entrada en un típico laberinto multicursal de conexión múltiple. Es decir, un camino plagado de incertidumbres para encontrar una salida acertada y aceptable para quien gobierne y -sobre todo- para la buena marcha del país. De manera que una repetición electoral comenzó a configurarse como lo menos malo para la ciudadanía.
Y a propósito de ello, debo añadir (es mi opinión) que el secretario general del PSOE, actual presidente en funciones del gobierno de la nación y candidato a la Moncloa el 10N, probablemente en su día, junto a otros aciertos importantes, se equivocó en comenzar a seguir ciertos consejos inadecuados una y otra vez… que le han traído aquí y en esta situación. Porque no se trata de gobernar a corto plazo, sino de gobernar con relativas continuidad y comodidad para aplicar los programas del ideario. Y no hay que ser muy observador(a) para darse cuenta de que Pedro Sánchez lleva bailando en el alambre desde hace mucho tiempo. Y reconociéndole su enorme tesón (que no es su única cualidad) realmente así no se puede ni se debe hacer política a medio y largo plazo. En todo caso, claro, él sabrá, faltaría más…
Así que, en fin, tras el debate a cinco, Pedro Sánchez -más probable-, o Pablo Casado -no tan improbable-, pueden intentar formar gobierno tras el 10N. Pero dentro de un auténtico laberinto de salida no precisamente fácil y con consecuencias de cronificar el conflicto actual entre bloques no solo de derecha e izquierda sino asimismo de otra índole. Por eso y aunque yo siempre espero la bondad del ser humano (ya sé que puedo parecer utópico, pero es que en realidad lo soy afortunadamente), y que por tanto Sánchez o Casado puedan formar gobierno, ¿por qué no pensar, siempre que realmente fuese necesario por haber otro bloqueo sin esperanza de resolver, y con la Constitución en la mano, en una solución extraordinaria? Que podría ser alguien alternativo que propiciase una salida rápida, sencilla, muy mayoritariamente apoyada por la ciudadanía y por ello sin riesgo de enfrentamientos entre bloques. Porque la política, en su sentido genuino y más hermoso, se debe por encima de todo al pueblo, y los partidos y sus líderes son necesarias herramientas, pero nunca fines en sí mismos, para tan maravillosa función. Más bloqueo, no. Soluciones inteligentes y generosas, si fuese necesario, sí.


miércoles, abril 24, 2019

Lo más probable: PSOE ganará, Cs decidirá gobierno

Publicado en Diario 16, el 2/3/2019 https://t.co/8yteKDn6jW?ssr=true
Con dos meses de adelanto respecto a las elecciones generales de 28 de abril próximo, no voy a sacar (como nunca he hecho en mi vida) una bola de cristal para hablar de los resultados concretos en dicha fecha. Eso nadie lo sabe, ni siquiera a la hora en que se cierren las urnas ese día. El recuento de papeletas es la mejor y única encuesta verdaderamente fiable.
Pero lo que sí procede hacer es observar y analizar la realidad lo más objetivamente que se pueda, revisar las diversas encuestas que van apareciendo al respecto, intuir desde la dilatada experiencia en estos menesteres, aplicar el sentido común y dar una opinión de qué parece ser lo más probable cuando las urnas se abran ese 28A.
Así, el promedio de encuestas publicadas (Ver El País digital del 27/02/2019, Llaneras, K.) de las empresas que han llevado a cabo sondeos en las dos últimas semanas (Metroscopia, Sigma Dos, Simple Lógica, Sociométrica, Invymark y GAD3), arrojan, entre otros, los siguientes resultados en cuanto a estimación de voto: PSOE 26,3%; PP 20,5%; Cs 16,7%; UP 14,2% y VOX 11,7%.
De otra parte, el barómetro de febrero del Centro de investigaciones Sociológicas (CIS) presidido por el profesor Tezanos, aparecido el 28/02/2019, muestra, entre muchos más datos relativos a la vida española, los siguientes resultados para lo que aquí concierne: PSOE 33,3%; PP 16,7%; Cs 15,3%; UP 14,5% y VOX 5,9%.
Diferencias más notables (aparte de las metodológicas en las que aquí no entraré) entre estos dos tipos de resultados: una, que la media de la mentada pluralidad de investigaciones decanta una suma de los tres partidos a escala nacional, del espacio liberal conservador en sus distintas usuales concepciones de centro derecha, derecha y derecha extrema, cercana al 50%. Mientras que en la investigación del CIS, esa suma no alcanza el 40%. Segunda diferencia, que las encuestas de esas empresas citadas dan una media en la que la suma del espacio de izquierda a escala nacional apenas sobrepasa el 40%, mientras que esa suma en la encuesta del CIS publicada este 28F queda cerca del 50% (que con la adición de todas las fuerzas que evacuaron a Rajoy en la moción de censura, daría claramente más del 50%). Tercera gran diferencia, que el PSOE (que en cualquier caso y encuesta es primera fuerza política, eso sí), en la mencionada media de encuestas saca menos de 6 puntos al segundo (PP), mientras que en el barómetro del CIS esa diferencia es de 16,6 puntos (asimismo al PP segundo).
A partir de todo lo anterior que, aunque enormemente resumido, se hacía necesario e inevitable comentar, sobreviene la gran pregunta: cómo va a incidir la campaña (la de 15 días y la que llevamos viviendo (como siempre sucede en cualquier parte del mundo con elecciones democráticas) desde la noche misma del recuento de los últimos comicios generales? Bien, como es natural, las estrategias son para aplicarlas y no para publicarlas, de manera que es imposible saber lo que todos y cada uno de los partidos tienen planificado. Lo que sí es posible hacer es ir analizando el presente, cada día, por ver de qué manera parecen llevarse a cabo estas diversas estrategias y su aparente efectividad o no.
En este sentido, sí aparecen ya las grandes líneas de acción, los también llamados ejes (término este que a mi no me gusta porque es una secuela del trasnochado instintivismo freudiano aplicado a la comunicación). Y que en términos sintéticos, entiendo que son más o menos así: la línea fundamental adoptada por el PSOE, ¨que viene la derecha dominada por el extremismo con la consiguiente regresión a cuarenta y tantos años antes¨; la de UP, ¨sin nosotr@s, el PSOE no hubiese hecho casi nada progresista de verdad¨: la de Cs, ¨ni derecha ni izquierda, nosotros somos la garantía de moderación centrista¨ (nótese que, como predije en su día, el Cs escorado a la derecha intenta volver al concepto de centro); el PP, en un inequívoco pulso -sobre todo con VOX-, de seguir en puestos de cabeza, ¨nosotros somos tan conservadores como vosotros y la alternativa al PSOE y a la izquierda, y por tanto el voto útil para que la derecha recupere Moncloa¨: y VOX, con una línea que, en realidad, podría decodificarse así: ¨somos la conciencia de la derecha española¨.
De este modo, pienso que la abstención electoral en el espacio Cs-PP-VOX, sobre todo con la campaña, incluyendo los debates electorales televisados y por radio que se esperan, tiende a cero (salvo la mínima abstención técnica de cualquier sociedad). Mientras que en la izquierda parece que puede haber la suficiente abstención como para no sumar mayoría absoluta (176 escaños), incluso con serias dudas de que pudiera llegarse a esa cifra con todos los sumandos de la moción de censura triunfante.
Con una inexcusable reflexión adicional: al día de hoy, no veo ni en la derecha ni en la izquierda signos de una campaña rompedora. Pero lo cierto es que la derecha, ahora y aquí, tiene más fácil sumar que la izquierda. Y aunque Cs, no importa que haya aclarado que no pactará con este PSOE (está por ver…) quedase en segundo, tercer lugar…, es el partido que, obviamente, está en disposición idónea en el espacio político español, para en términos prácticos abrir la puerta, designar y participar en un gobierno hacia su derecha o hacia su izquierda. Incluso entrando en nombres (y vetos) para la gobernación. Y a esto hay que llamarlo PODER REAL. 
Esto sí, la pluralidad de acciones de campaña que deben ser bien armonizadas, desde el día a día mitinero para su difusión mediática, hasta la publicidad política y los debates televisados (y asimismo por radio), con un largo etcétera, o se cuida desde la alta pericia, la dilatada experiencia y el fino olfato, o a partir del día 28 por la noche (habrá que ver los resultados, asimismo del 26M), vendrán los llantos.
Seguiré escribiendo…

martes, septiembre 18, 2018

Pueblo y Sánchez merecen una oportunidad

Publicado el 17/9/2018 en Diario 16 http://diario16.com/pueblo-sanchez-merecen-una-oportunidad/

No tengo nada que agradecer a Pedro Sánchez (no es un reproche, enseguida se verá), a quien conozco personalmente. E ignoro si él piensa que está o no en deuda conmigo. Le tengo afecto, como a varios miembros de su gobierno y/o partido a quienes asimismo conozco de manera personal. Es un placer, sin duda alguna.
Empiezo con esa reflexión, porque lo que diré a continuación lo escribo obviamente libre, como siempre hago, por otra parte, en mi ya larga existencia, porque de distinta manera sería infeliz. Veamos, pues:
La moción de censura (legal y legítima, según recoge la Constitución Española), prosperó con una mayoría absoluta de 180 votos, cuatro más de los exigidos. El pueblo habló a través de sus legales y legítimos representantes. Y el 1 de junio pasado, Pedro Sánchez fue elegido presidente del gobierno de España.
Así, aunque sin moción de censura, se han elegido todos los presidentes del gobierno español habidos hasta el momento en nuestra democracia, desde las primeras elecciones generales en 1977Las mayorías (para eso y para el resto de decisiones) las forman los partidos en la Cámara, naturalmente, durante toda la legislatura. Y la ciudadanía, cada cuatro años, aprueba o desaprueba con su voto que renueva o revalida el gobierno. No cuando lo quiera el partido democráticamente desalojado del poder, solo o con otras formaciones que integren la minoría de dicho Congreso. El presidente de turno (en este caso, Pedro Sánchez) sí puede -según recoge la Constitución- adelantar, si lo estima oportuno, las elecciones. Democracia, se llama esto, con sus reglas o normas.
Al gobierno no se le han concedido ni los cien días de gracia que en toda democracia liberal se dan, ni siquiera un día. Desde el mismo estreno del nuevo equipo comenzó la crítica sin parar de la oposición mancomunada de PP y Cs. Con discursos, en general, de una derecha dura y muy alejada de lo que necesita un país como el nuestro. Pero el pueblo merece una oportunidad, es su momento y el del gobierno socialista con su presidente actual.
En estos tres meses y medio del nuevo equipo, feminista y ecologista, con énfasis declarado en regeneración democrática, justicia social y Catalunya (este último domingo lo ha repetido el presidente en su entrevista con Ana Pastor en Objetivo La Sexta), hemos podido asistir ya a medidas de notable acento progresista. Y se han producido dos dimisiones cantadas porque el PSOE de Sánchez situó muy alto el listón de la ética.
Pero es que, incluso en parcelas de la política tan sensibles como la inmigración, el dúo PP-Cs, con gran armonía (y como si ensayaran) ha hecho de todo menos política de Estado, atacando con discursos frontales a un gobierno que, a la vista está, desde los más escrupulosos derechos humanos, sí reacciona cuando hay invasión forzada de sus fronteras.
Y entonces, ¿cómo sortear esta tendencia a la percepción del gobierno socialista haciendo bastantes cosas positivas (a distancia del óptimo, obvio)? Pues sacando de la chistera un asunto como el de la tesis doctoral de Pedro Sánchez, a la sazón presidente, acusándole de irregularidades. Y como se habla mucho sobre el particular, aquí dejo mi impresión:
Con la misma calificación académica otorgada a ese trabajo universitario, imagino que debe haber una cantidad importante de tesis doctorales, de distintos y variados sectores de la educación superior, con calidad similar.
Por tanto, si se desea abrir la espita de la revisión del trabajo en cuestión, debería hacerse, opino, lo mismo con todos y cada uno de escritos similares para completar la diplomatura, licenciatura, grado, post grados variados y equivalentes, en todos y cada de los múltiples estudios superiores de España. Incluyendo, por cierto, las denominadas “tesinas” o con otro nombre, que tribunales académicos hubiesen podido juzgar, para conceder la convalidación universitaria (sin haber cursado la carrera en la universidad) a profesionales muy divers@s e incluso eventualmente afamad@s.
En fin, como puede observarse, el asunto de la tesis doctoral del ciudadano Pedro Sánchez, que años después se convirtió en presidente del gobierno, no parece que deba aislarse. Analícese todo lo atrás descrito, y podremos llegar, quizás, a conclusiones más de índole sistémica que individual. Adelante…

Por cierto, en la citada entrevista aún casi caliente que le ha hecho la aguda Pastor, el presidente de l@s español@s ha estado acelerado, según mi impresión, hasta pasada la mitad del acto. Y se ha escurrido como ha podido de preguntas comprometidas que, con el peculiar estilo de la periodista (presionar), eran difíciles de sortear. Creo, no obstante, que aún debe pulir muchos aspectos que, en las fechas en que estamos, ya debería haber superado.

martes, julio 31, 2018

Apretón electoral en España

(Publicado en Diario 16, el 30/7/2018 http://diario16.com/apreton-electoral-espana/ )

En estos momentos, salvo las elecciones municipales, autonómicas y europeas, que se producirán en mayo de 2019, hay tres comicios más, andaluces, catalanes y generales, que asoman la cabeza por diferentes circunstancias para protagonizar un posible adelanto.
Así, parece claro que, dependiendo de cuándo se convoquen finalmente estas tres últimas elecciones citadas, las seis consultas podrían estar muy interrelacionadas como verdaderos vasos comunicantes.
Ello quiere decir que, en términos prácticos, el presidente Sánchez y el expresident Puigdemont (vía president Torra), tienen al día de hoy una gran responsabilidad. Porque el líder socialista estoy seguro que sabe que ha de calibrar muy bien la fecha de las elecciones generales para no pasarse y propiciar una erosión innecesaria al gobierno socialista. Y el independentista con sede otra vez en Bruselas, entiendo que tampoco ignora exactamente lo mismo, con un añadido también esencial: su decisión habría de armonizarla siquiera tácitamente con la de Sánchez. Y eso exige a Puigdemont modular (no extremar) su discurso, pues lo contrario podría llevarle a un mal resultado electoral, en Catalunya y en las generales. Medir muy bien siempre es bueno en política.

Esto, opino, significa que a la vuelta del verano e incluso antes, puede haber un gran incremento de gestos de todo tipo en línea con una estrategia político-comunicativa propia de este posible (probable, añado) séxtuple campañón. Que ya ha empezado, pero sin fijar de verdad una estrategia uniforme. No la veo en ningún partido.

domingo, junio 10, 2018

Percepciones y votos en la política española


                                       

(Publicado en Diario 16 el 27/2/2018, http://diario16.com/percepciones-votos-la-politica-espanola/ )

Al día de hoy, el panorama político español es uno de los más difíciles de analizar y entender (no ya de Europa, sino del mundo) con suficiente grado como para poder trazar tendencias ilustrativas de lo que puede ocurrir, en razón de lo que ya ha sucedido y sucede ahora mismo.
Esta complejidad se debe, en mi opinión, al menos a dos variables de gran peso: la metamorfosis de la derecha e izquierda en España y el proceso de intento secesionista en Catalunya.
En efecto, el electorado de la derecha española está cambiando claramente de marca en buena medida. Porque ese monumental agregado social que seguía fielmente al PP, se ha dividido poco a poco y sobre todo en los últimos meses casi en dos mitades, de manera que Ciudadanos se ha convertido en el máximo partido receptor de la pérdida incesante de votos del PP. Y una formación ésta, la de centro derecha liderada por Rivera, que está en el camino para convertirse de manera formal y continuada en el primer partido de España. Para ello y a costa de un hartazgo relativamente extendido en el pueblo, también succiona votos (muchos menos que al PP) a otros partidos, desde el PSOE hasta Podemos y sus aliados.
No hay que ser persona que afine en aritmética para concluir, pues, que la suma PP-Cs va en aumento y con visos de cronificar, al menos a medio plazo, una tendencia de mayoría parlamentaria. Incluso, quizás, con cambio de presidente en su momento, a favor de Rivera.
Y tampoco es ajeno a este gran avance de Cs y de la suma de la derecha, el gran lío catalán. Del cual, Rivera, Arrimadas y sus compañeros de partido han salido ganadores por goleada en Catalunya y en España. Tómese cualquier encuesta posterior al respecto, además de los datos reales de las autonómicas de dicha comunidad autónoma.
A partir de lo anterior, debe añadirse que el PP está quizás en trance de remontar algo su notable bajada, a partir sobre todo de acciones encaminadas a reforzar a sus electores potenciales más radicales. Pero remontada muy tenue, en todo caso. En realidad, no creo que haya manera más clara de que el PP renazca, que el que sea democráticamente reemplazado por otra formación en Moncloa. Y quien más probabilidades tiene para ello, actualmente, es Cs.
Porque el PSOE liderado por Pedro Sánchez, está en un camino tortuoso. Con muchas incidencias, buena parte de las cuales quien esto escribe vivió en primera persona e incluso a veces en primera línea, aún sin militar ya en dicho partido, pero ayudando de muy buena gana a Sánchez (junto a una legión de maravillosas gentes) a ganar las primarias.
El hoy (muy merecidamente) secretario general de los socialistas, no obstante, desde su victoria ha tenido ciertas actuaciones probablemente poco recomendables para un proyecto unitario, potente y ganador del PSOE: para empezar, desde la relativa dejación de lucha en territorios que sus oponentes en las primarias nacionales de mayo han ido atesorando en las posteriores regionales, con el desasosiego y desmoralización de gran cantidad de militantes que apoyaron a Sánchez en su fenomenal campañón culminado el pasado mayo con más del 50% de los votos de la militancia socialista. Así, con esa citada dejación, comenzó a cuartearse ya la histórica victoria de ese 21 de mayo rubricada en el 39 Congreso Federal del PSOE de 18 de junio siguiente.
Además, la asunción (necesaria, tras la no convocatoria de elecciones por parte de Puigdemont) del artículo 155 de la Constitución secundando a PP y en compañía de Cs, no se hizo con la mesura, sabiduría política y sensibilidad debidas, con el consiguiente desgaste que propició (junto a una desnortada campaña) unos frustrantes resultados en las últimas elecciones autonómicas catalanas en las que Cs literalmente barrió. Porque los públicos de Cs y PSOE son en su mayoría bien distintos, y Sánchez y no sé si algún asesor parece que se empeñaron en lo contrario, a lo cual tampoco fue ajeno el PSC, claro.
Y últimamente, de lo que se trata por parte de Pedro Sánchez es de poner en valor el protagonismo de la militancia en cuestiones fundamentales, algo muy certero en mi opinión. Pero muy equivocado cuando a su vez se apuntala que la decisión final en listas electorales la tiene Ferraz, territorio del secretario general. En qué quedamos?
Y es que, hay que recordarlo, Pedro Sánchez se envolvió y se envuelve en la bandera de la izquierda fetén. Y ciertamente se marcaba muy bien por la izquierda comparativamente sobre todo con su compañera Susana Díaz. Pero tampoco hay que olvidar que el número uno socialista nunca fue un declarado radical de izquierda en su partido, sino si acaso todo lo contrario, alguien ideológicamente muy moderado.
Hay que recordar, en este sentido, que hace varias décadas el tándem Felipe González-Alfonso Guerra mostraba la referencia desde el centro izquierda hasta el centro de la izquierda en España. Pero si este PSOE quiere emular a aquél en ocupación de espacio electoral y en resultados, para empezar tendría que dibujar otro esquema de protagonismo y reparto de papeles distinto al actual, esto es, animando claramente al menos dos líneas notables que se ubiquen en sendas alas del partido, la moderada y la de izquierda radical en el sentido más hermoso del término. Por si no se me ha entendido, seré más claro: si esto no se arregla, Pedro Sánchez puede encontrarse con un problema similar al de Pablo Iglesias cuando orilló a Errejón: perdió fuerza por un ala.
Desde esta idea, es fácil entender que hoy el PSOE no va a morder votos a Cs, y a nada que Podemos e Izquierda Unida se pongan en coordenadas (falta les hace a los dos), al PSOE actual no le veo ni ganando las elecciones generales ni incluso muchas de otro orden…, ni aun siquiera quedando segundo en no pocos casos. No debería decirlo, pero lo expreso con absoluta sinceridad: reconozco que siento una inmensa pena al describir este estado de cosas.
Quizás Pedro recapacite sobre algunos episodios. Porque hay mucho tajo por delante, y no fácil de gestionar. Sería bueno para él y sobre todo y más importante, para el proyecto del PSOE (el partido más antiguo de España), que es como decir -si ese proyecto es socialista propiamente dicho sin género de duda alguna- bueno para la ciudadanía de este país.
Ojalá… Porque en política, prácticamente todo es enmendable si hay voluntad para ello. Si no, el nuevo PSOE liderado legítimamente por su actual secretario general, podría convertirse, y sería muy lamentable, solo en el sueño de aquella preciosa noche primaveral. Y no lo deseo.

domingo, julio 09, 2017

Un 15M con urnas

(Publicado el 22 de mayo de 2017 en https://www.fundacionsistema.com/un-15m-con-urnas/ )

Comenzaré por decir que yo también hice el 15M de 2011 en la Puerta del Sol de Madrid. Quien me conoce sabe que me defino como un socialista libertario. Esta última vena ácrata no sólo me viene de mi progenitor, sino que, en mayor o menor medida, es relativamente común en la militancia socialista. Y aunque ahora no milito, ciertamente colaboré y estuve en el PSOE desde 1976 hasta 2012.
Reconozco que, como tant@s otr@s, fue para mí un mazazo el ver lo que ocurrió el primero de octubre del año pasado en la sede socialista de Ferraz. Ya antes, en mis artículos en prensa y en Redes Sociales, había dejado bien claro mi apoyo (razonado, no puramente impulsivo que también es de buen recibo) a Pedro Sánchez, entonces Secretario General y optante a la Presidencia del Gobierno de España.
Por eso, cuando José Félix Tezanos (gran histórico del PSOE y buen amigo) me animó para implicarme en la campaña de este asimismo nuevo Pedro Sánchez (que ha aprendido a la fuerza en algo más de un año el equivalente al mejor Master en Política imaginable), no lo dudé ni un momento. Y con un grupo excepcional de compañer@s, tod@s más importantes que yo, he hecho lo que he podido para ayudar a este resultado maravilloso del 21 de mayo de 2017: el regreso del Secretario General que nunca debió ser depuesto, vía forzada dimisión (no le quedaba otra), en línea con su honradez y coherencia, que son los dos valores que le han catapultado a un triunfo histórico para el socialismo español y para el europeo.
Y la noche del 21 de mayo de 2017 y la del 15 de mayo de 2011 tienen para mí connotaciones muy similares en no pocas cosas. Una, en que se ha dado una auténtica rebelión de la mayoría absoluta de las bases indignadas socialistas para restituir en su cargo a su anterior Secretario General que esas mismas bases habían elegido también en primarias no hace tanto. Y el 15M hubo, en Madrid y en otros lugares de España, un toque de atención que aún sigue sonando y siendo efectivo, gracias a un movimiento de indignad@s entre los que muy modestamente estuve.
Otra similitud: porque la ciudadanía afiliada al PSOE ha contestado lo mismo que piensa la ciudadanía que se rebela también democráticamente contra un conservadurismo injusto que está llevando a este país, como a tantos otros, a la ruina socioeconómica de las clases baja y media, que es como decir de la mayoría inmensa. Y el 15M existió, con aquella abrupta pero tranquila indignación, porque había razón sobrada para ello. Así de claro.
Y una última similitud: el 21 de mayo de 2017 entiendo que también quedará en la historia política de España, no sé si tanto como el 15M, pero seguro que con una importancia supina. Porque estoy convencido de que este es el principio de una gran amistad (no puedo negar que soy cinéfilo y que una de mis pelis preferidas es Casablanca), es decir, Pedro Sánchez acaba de conseguir que comience un camino para que el PSOE salga de donde nunca debió estar y vuelva a su socialdemocracia, como partido mayoritario de la izquierda española. Y millones de votantes que esta formación ha perdido, vuelvan a confiar en ella.
Esta nueva elección de Pedro Sánchez, eso sí, en vez de a mano alzada (perfectamente asumible) la han llevado a cabo l@s indignad@s del PSOE, como en un 15M con urnas. Indignad@s socialistas votando. Que es como se entiende la gente en democracia.

Todo parece anunciar la victoria de Pedro Sánchez

(Publicado el 21 de mayo de 2017 en diario16.com/parece-anunciar-la-victoria-pedro-sanchez/ )

Recién acabada la campaña de las primarias socialistas, de acuerdo con los diversos datos que me van llegando en cuanto al apoyo que -sin plasmarse todavía en la papeleta- va a recibir cada una de las tres candidaturas, las de Pedro Sánchez, Susana Díaz y Patxi López, y en razón asimismo de otros escritos míos sobre el particular ya desarrollados en este mismo diario, puede deducirse en síntesis lo siguiente:
1)La participación de la militancia socialista va a ser altísima, probablemente alrededor del 90% del censo total de casi 188.000 afiliad@s. Este dato es bueno para Pedro Sánchez, toda vez que el precipitador esencial de tan importante porcentaje de voto ha sido su intensa campaña, a través sobre todo de tres ideas básicas:
a)La abstención de su partido (identificado claramente con la candidatura de Susana Díaz) que sostiene al gobierno conservador del PP, cercado además éste por la monumental extendida imagen de corrupción que percibe mayoritariamente la ciudadanía.
b)La recuperación (de acuerdo con el fundador del PSOE, Pablo Iglesias, y en sintonía asimismo con un entendimiento de la democracia interna de un partido político en coordenadas del siglo XXI), de la participación de la militancia en las decisiones fundamentales del Partido Socialista, desde la elección y revocación de su número uno, a la aprobación o rechazo de programas y pactos de gobierno con otros partidos políticos, entre otras cosas.
c)La recuperación pare el PSOE del concepto genuino de socialdemocracia, ocupando toda la izquierda a excepción de la extrema y con la decisión clara de liderar dicho espacio ideológico para propiciar un cambio progresista en España que sustituya al PP y sus políticas socialmente regresivas.
2)Hay aún un segmento de afiliad@s dubitativ@s acerca de a quién votar e incluso si votar o no. Pero dicho segmento parece que va disminuyendo debido a las decisivas cuestiones referidas atrás. Y asimismo la tendencia que parece percibirse entre est@s militantes es la de abandonar el modelo actual identificado fuertemente con Susana Díaz, y apoyar el modelo del siglo XXI ofrecido por Pedro Sánchez.
Es más, esa disminución del numero de militantes con duda de a quien votar, o si votar o no, parece identificarse en buena medida con tres vías concretas:
a)Votantes potenciales que hasta hace poco apoyaban la candidatura de Díaz y que ahora optan por López.
b)Votantes potenciales que venían sosteniendo su apoyo a López y en estos momentos ya han decidido apostar por Sánchez, sobre todo para evitar el triunfo del modelo preconizado por la optante andaluza. Esto es, aparece el voto útil para propiciar el cambio en el PSOE.
c)Votantes potenciales que, habiendo avalado a Díaz, en votación secreta parece que van a apoyar a Sánchez.
Todo preparado, por tanto, para la gran fiesta de la democracia socialista.