Hace unos pocos años ya di mi opinión, publicada, como catedrático de la especialidad, acerca de los increíbles desmanes periodísticas del ente público Telemadrid. Ignoro si entre eso, y las dos intervenciones que como tertuliano tuve en su controvertido "Madrid Opina" (hace poco sustituido por otro similar), estuvo la razón de que nunca más me volvieran a llamar. La verdad es que casi me hicieron un favor, pues aparecer alguien como yo en aquel u otros programas similares de otras cadenas de análoga catadura -que tod@s conocemos-, significa estar en flagrante minoría respecto a la línea analítica que armoniza -y cómo- con las posturas del PP.
Y ahora, uno de los periodistas más significados con ese canal mentado, junto a buena parte de otros profesionales de la información de la nefasta época Urdaci de RTVE, desembarcan en las que, sin duda alguna, han sido en los últimos años y hasta hace bien poco la televisión y radio públicas más imparciales de la historia mediática de este país. Todo un símbolo, todo un retroceso de decenios, que nos sitúa otra vez muy cerca del kilómetro cero de la transición.
España está literalmente hundida en la ruina social más grande de este ya felizmente largo período que, con referencia a la dictadura, nos atrevemos a llamar de libertad. Y el control de contenidos y formas de la televisión, radio y prensa al alcance del PP (la inmensa mayoría) es una pieza más de deterioro social, de fallas democráticas a las que los ciudadanos estamos asistiendo. Parece que se trataría, así, de que la gente escuche, vea y lea un mensaje básico elemental: el gobierno del PP hace todo esto por el bien nuestro. El gobierno y el partido que le sustenta son infinitamente buenos (hasta el punto de que, al día de hoy, son tendentes a cero las intervenciones de algun@s de sus líderes que reconozcan ciertos errores, siquiera leves). Nada, todo es perfecto. Los que se equivocan son los ciudadanos, que no se enteran, que no llegan a entender el enorme sacrificio de un partido que aun bajando todos los días en las encuestas, no le importa con tal de hacer las cosas que, por lo visto, hay que hacer...
Claro que, lo que no será capaz de demostrar este gobierno, por muchos medios de comunicación que quiera controlar, es que todo este dislate es para beneficio de la inmensa mayoría de los ciudadanos. Antes al contrario, tendría mucho más fácil evidenciar con datos incontestables que la verdaderamente beneficiada es una pequeña minoría, la de mayor capacidad adquisitiva y mayor cantidad de patrimonio. Además, está absolutamente contrastado, que el monocolor o cuasi monocolor informativos, no tienen efectividad sino entre los incondicionales. En las dictaduras y en las democracias. Si no fuese así, verbigracia, una mayoría aplastante de este país sería franquista.
Va a ser difícil que el PP ceje en esta política suicida, en la que los medios de comunicación afines a dicha formación aparecen con modelos de actuación en línea con las del propio gobierno y partido como tales. Esto es, versión actual de modelos propios del antiguo "modelo propagandístico" del siglo XIX, hoy periclitado en todos y cada uno de los países que se denominan desarrollados. Pero, por lo que está viniendo, hay indicios importantes de que España puede no estar muy lejos de volver a ser una sociedad subdesarrollada. Como hace decenios. Y con RTVE ya en inicio de sintonía con ello.
Hasta que las urnas corrijan esto, claro, que preveo que será mucho antes de lo que a Rajoy y los suyos les gustaría. Los ciudadanos, legal y legítimamente, tenemos la palabra. Nos asiste todo el derecho a rebelarnos, desde la democracia y en democracia, ante este retroceso social de la inmensa mayoría de la población.