miércoles, diciembre 14, 2016


      Vuelve la moda: partidos de cuadros versus partidos de masas *

Un partido de cuadros se caracteriza, sobre todo y solo de cara a lo que a este pequeño escrito interesa (es decir, la enorme disfuncionalidad de buena parte de los partidos políticos en pleno siglo XXI), por ser un no muy amplio grupo de notables (élite), de individuos relativamente bien posicionados en la sociedad, y reunidos en dicho partido, usualmente, para conseguir a través de éste el éxito electoral individual.
Un partido de masas propiamente dicho, sin embargo, se caracteriza por tener un número de afiliados o militantes relativamente amplio (muchos miles) que, en realidad, son los verdaderos dueños del partido, tanto por su voto para el funcionamiento y objetivos de dicha institución como por su periódica y continuada contribución dineraria para el co-sostenimiento de ésta, típicamente concebida como herramienta al servicio pleno y solidario de la ciudadanía y sus necesidades. Así, un verdadero partido de masas necesita no sólo de un abultado número de afiliados, sino asimismo de la participación esencial de esas bases en las decisiones más importantes, junto a un objetivo social que armonice igualdad con libertad.
Un mínimo acercamiento a la historia de los partidos políticos, nos ofrece que los de cuadros (los primeros aparecidos) surgen en el denominado -en sentido amplio y filosófico y no estrictamente economicista- Estado Liberal, y enfrentados así al paradigma totalitario de las Monarquías absolutas del Antiguo Régimen. El Estado Liberal aporta así el Estado de Derecho con todas sus positivas consecuencias.
Pero, ciertamente, con los enormes vicios y patologías sistémicos del capitalismo (el cual, más pronto que tarde, se apropió directa o indirectamente de las esencias y estructuras de los partidos de cuadros), nacieron -siglo XX- de manera casi necesaria y natural los partidos de masas. Esto es, los partidos que cuestionaban la explotación de la mayoría ciudadana por parte de una minoría elitista con alergia supina al concepto de igualdad y, al final y por ende, bloqueadora de la libertad real, que no puramente formal.
De manera que, en esa lucha contra el conservadurismo economicista liberal (contra la derecha y sus partidos de cuadros), los primeros partidos de masas fueron de fortísimo contraste ideológico a los mentados de cuadros: verbigracia, los partidos comunistas y socialistas, que cuestionaban en aquellos principios (y aún hoy los comunistas en no pocos casos, que no en todos), la democracia liberal, con la cual en su conjunto total se identificó asimismo indebidamente en su día un capitalismo que, tras siglos, se produce con alta frecuencia como salvaje e inhumano. También hoy, sí, en pleno siglo XXI.
Por eso, es desmoralizador observar cómo se hace fuerte en el planeta que increíblemente nos apresuramos a destruir, la figura de los partidos de cuadros, que en realidad nunca desapareció. Con dos salvedades o características bien nuevas pero asimismo bien nocivas: 1)se presentan como partidos de masas, y sin embargo actúan como verdaderos partidos de cuadros; y 2) se dan en la derecha, y también en partidos históricamente de izquierdas.
Sí, son partidos que desde sus mismos estatutos preconizan lo que en realidad incumplen diariamente: se las ingenian para que se cronifiquen los cargos electos en listas cerradas y bien cerradas, y si se atisba por esas élites (cuadros) dirigentes el mínimo riesgo a perder la prebenda del cargo, entonces se niega mediante inmundas tretas propias de triler@s de quinta división la democracia directa a las bases de afiliad@s. Etc. Asco. Asco intelectual porque nos toman por estúpid@s. Y asco esférico, esto es, asqueroso se mire como se mire.

La democracia representativa es ciertamente imprescindible en nuestras sociedades de ciudadanías gigantescas. Pero tiene  abultadas fallas. Por eso, el complemento de la democracia directa, dentro y fuera de los partidos, es antídoto contra la paradictadura funcional disfrazada de democracia formal. Es todo un reto. Y línea roja que separa a los genuinos partidos de masas de los partidos de cuadros que se llaman de masas.


*Publicado ayer en diario16.com/vuelve-la-moda-partidos-de-cuadros-versus-partidos-de-masas/

sábado, noviembre 05, 2016

                                     Hartazgo político en España
Publicado en Diario 16 esta semana: http://diario16.com/hartazgo-politico-en-espana/ 
Mariano Rajoy está políticamente quemado, pero sigue en Moncloa a pesar de sus fortísimos recortes sociales y del incesante paseíllo por los tribunales de personajes con eco PP. La mayoría ciudadana alucina.
Pedro Sánchez se marca una jugada con riesgo pero con más futuro que otra cosa, porque la coherencia en política siempre es más rentable que los juegos de triler@s. La mayoría ciudadana guiña un ojo.
Podemos fue lanzado como un cohete por Pablo M. Iglesias, pero si de lo que se trataba sobre todo era de estimular a votantes de izquierda que se quedaban en casa, el lance se desvirtuó abrazándose a Anguita y al tiempo disfrazándose de socialdemócrata. La mayoría ciudadana no entiende nada e Iñigo Errejón cada vez sonríe más.
Ciudadanos se ha quedado sin merienda a manos del PP, y además habrá de aguantar una legislatura en la que su único colega será aquel al que negó hasta el infinito, Rajoy. La mayoría de votantes liberal-conservador@s votará a quien sustituya a Rajoy, no a Rivera, que se ha pasado de frenada.
Izquierda Unida, o despierta de su sueño podemita, se reestructura de verdad y va por libre, o se convertirá definitivamente en la vieja guardia -en minoría flagrante- del partido liderado hoy por Iglesias. La mayoría de votantes actuales de IU ni traga ni digiere la mezcla UPodemos.
El PSOE tiene un problema gordísimo: o se da prisa en montar un congreso y unas primarias (con “riesgo” de que Sánchez arrase) para tapar el desaguisado público del uno de octubre, o por mucho que se empeñe va a alcanzar de verdad un suelo histórico. La mayoría de militantes y votantes socialistas espera carcajeándose.

martes, octubre 11, 2016

                                    La deriva derechista del PSOE
             ( Publicado hoy en Diario16 http://diario16.com/la-deriva-derechista-del-psoe/ )

1)La aproximación a posturas neoliberales ya empezó con el pulso que Felipe González y l@s “renovadores” (de la nada, creo que les llamaba el gran Txiki Benegas) les ganaron a los “guerristas” tras el triunfo del PSOE en 1982 y 1986, pues Alfonso Guerra siempre ha estado más a la izquierda que Felipe, en lo económico y en lo social.
2)Gran salto hacia la derecha con aquel funesto mayo de 2010, cuando Rodríguez Zapatero generó con su entrega a las apetencias de los grandes poderes económicos, el principio de un plano muy inclinado, una lástima tras el gran triunfo del PSOE en 2004 y 2008, ciertamente con el propio Zapatero como líder.
3)La época de Rubalcaba, “renovador” por antonomasia (y con una cabeza muy bien amueblada, todo hay que decirlo), dejó ya un aviso de alarma importante: sin la aparición aún de Podemos, 110 escaños fueron mucho más fracaso que los 90 u 85 con Pedro Sánchez como líder.
4)Con Podemos y Ciudadanos ya en liza y mordiendo votos a su izquierda y derecha, el PSOE evitó el sorpasso en las elecciones generales de 20 de diciembre de 2015 y de 26 de junio de 2016. Con Pedro Sánchez de número uno.
5)El vergonzoso espectáculo preparado por jerifaltes clásicos y modernos del PSOE, que no querían a Sánchez de presidente del gobierno, presenta ahora un hecho palmario: no sólo las bases, sino asimismo votantes reales -hoy- y potenciales del PSOE, no quieren saber nada de que este partido apuntale al PP. Huele a “abrasad@s”.

lunes, septiembre 26, 2016

       SÁNCHEZ AVANZA HACIA LA INVESTIDURA
(publicado anoche en Diario 16 http://diario16.com/sanchez-avanza-hacia-la-investidura/ )

Con los recuentos en Euskadi al 100% y casi así en Galicia, sobresalen varias reflexiones urgentes:
a) El PP obtiene mayoría absoluta en Galicia, lo que coloca a Feijóo como favorito en la eventual próxima sucesión de Rajoy. Pero el PP también fracasa claramente en Euskadi, y sus escaños no son funcionales para el gobierno del PNV, con Alonso (hombre de confianza de Rajoy y próximo a Soraya Sáenz de Santamaría) al frente de la lista. Resultante: Rajoy no obtiene herramientas adicionales para intentar la investidura.
b) El PSOE aguanta en Galicia sin sorpasso. En Euskadi, el PSOE baja mucho a manos de Podemos y sus confluencias -como en Galicia-  pero a cambio sus escaños (el mismo número que el PP) sí son vitales para Urkullu y PNV. Resultante: PSOE baja, pero Sánchez sí obtiene herramientas adicionales para intentar la investidura.
c) Podemos y sus confluencias, son segundos (con PSOE) en Galicia y terceros en Euskadi, donde no parece sin embargo que sus escaños armonicen con la investidura cantada de Urkullu. Resultante: Iglesias está ahí, sí, pero queda claro que lo menos malo para él ahora es la investidura de Sánchez. Unas terceras elecciones serían muy arriesgadas para su formación.

d) Ciudadanos es el gran perdedor de estas elecciones y también de sus derivadas para los movimientos políticos para ocupar Moncloa. Resultante: Rivera retrocede, y su tabla de salvación podría ser justamente la investidura de Sánchez. Porque su actual abrazo al PP de Rajoy tiene estas consecuencias. Ciudadanos sería muy probablemente quien más perdería en unas terceras elecciones.

viernes, septiembre 16, 2016

         Gobierno de cambio o elecciones
             (Publicado ayer en Diario 16 
http://diario16.com/gobierno-de-cambio-o-elecciones/ )

Parece impropio de socialistas tan notables en el PSOE, que se lancen -con gran intensidad- a forzar la abstención para que el PP gobierne. De manera que, pasada ya su efervescencia supina para que el presidente fuese otra vez Rajoy, se insinúa ahora que con un recambio conservador en la cúpula gubernamental, el PP sería aceptable. 

Pero es que el PP no sería el mismo, con todas sus consecuencias que a la vista están? ¿Cómo se puede ser socialista y apostar por semejante incoherencia a la vez?
No hace falta ser Séneca para caer en la cuenta de que, en general y sálvese quien pueda, lo que realmente parecen perseguir es@s notables es que su líder, Pedro Sánchez, no gobierne. Esto es, apuntalar a este conservadurismo caduco y tan negativo para el agregado social, si a cambio el líder del PSOE queda en la cuneta. Impresentable. Y sería un tremendo paso atrás en el desarrollo democrático de un partido como el PSOE, con su influencia en todo el país. No hay que tener mucha imaginación para escuchar el grito de aquel fundador del PSOE, Pablo Iglesias, viendo a los mentados notables socialistas de hoy apoyando tácitamente a la derecha y empujando al fracaso al compañero candidato. De sainete dramático.

Entonces, que sería lo conveniente y mejor para el PSOE y, sobre todo, para la ciudadanía? Pues es elemental: dar con una aritmética que posibilite el cambio regeneracionista. Como es obvio, en las circunstancias actuales y con la línea rojísima para los socialistas de, aquí y ahora referéndum no, todo pasa porque Unidos Podemos apoye al PSOE y a su secretario general para la investidura, junto a muchas abstenciones, tanto nacionalistas como de Ciudadanos. No es fácil. Pero es aún más difícil con la fortísima campaña mediática de la derecha contra Sánchez ¡en confluencia! con es@s notables mentados del PSOE.


Más socialismo, menos retórica barata y a cerrar filas con Pedro Sánchez, incluso en el caso de considerarle rival interno Así se resuelve esto. Lo cual no obsta para que el máximo dirigente del PSOE, aquí y poco después, comenzase asimismo a pensar en errores cometidos por él en su partido, que también los hay. Pero el socialismo de base y el de toda la izquierda, en su inmensa mayoría, quiere un gobierno de cambio que regenere el país y devuelva el bienestar perdido a la ciudadanía. O vamos a elecciones. A ver…

sábado, septiembre 03, 2016

                                                    85 escaños de platino
           (publicado esta mañana del 3/9/2016 en http://diario16.com/85-escanos-de-platino/ )

El todavía líder del PP ha tratado de alargar todo lo que ha podido la solución. Pero se ha visto desbordado por casi cinco años de sus gobiernos de desapego a las clases baja, media-baja e incluso media-media, es decir, la gran mayoría del pueblo. Sí, Rajoy ha sido rechazado otra vez por el Congreso, esto es, por la mayoría absoluta de l@s representantes de la ciudadanía. Luego, el gobierno en funciones del PP está en flagrante minoría parlamentaria, algo muy importante. Y ahora?
Rajoy, según trasciende, no parece tener la menor intención de facilitar un recambio de sí mismo ni en el gobierno (si puede, intentará nuevamente la investidura) ni en el PP, ni tampoco -para gobernar- en términos de una persona denominada independiente aunque, en realidad, de la órbita conservadora. De manera que el presidente popular, sin necesidad de explicitarlo, viene a copiar de Pedro Sánchez el no es no a esta posible (no está claro que probable y al final triunfante) solución.
Las terceras elecciones, pues, son más verosímiles, sobre todo con el acuerdo entre partidos para que no coincidan con fiestas navideñas, de año nuevo, etc. Pero entre una y otra vía de las enunciadas, recambio conservador a Rajoy o nuevos comicios, toman también ahora mismo más fuerza dos formas (incluso tres) de desbloquear esta situación inédita en la democracia que venimos viviendo desde hace unas cuatro décadas. Y las dos o tres, aunque aparenten lo contrario, son muy parecidas en algo esencial: gobierno de cambio, con moderado, pero real, acento progresista.
En efecto, la investidura de Pedro Sánchez puede hacerse de manera transversal (con los votos de PSOE-Unidos Podemos-Ciudadanos) sin contar con los partidos nacionalistas, que no harían falta para sumar. Pero también pactando con UPodemos su apoyo y con dicho nacionalismo un programa de mínimos que pudiera servir para que Ciudadanos y nacionalistas justificasen su abstención en virtud de la situación excepcional. Es muy destacable, en este sentido, que Sánchez ha abierto ya la posibilidad de un gobierno de cambio, que Iglesias no ha contestado. Para luego sí pedirlo en los pasillos. Increíble. Cuidado, estas incoherencias suelen pasar alta factura. En fin, quizás hasta puede pensarse en una tercera y arriesgada solución: gobierno monocolor del PSOE pero apoyado por UPodemos, C´s… Casi ficción, pero posible.
Porque, terceras elecciones con los mismos liderazgos, entiendo que, por variadas razones que no voy a vaciar aquí, conllevarían una alta probabilidad de estancamiento del PP y de buena parte del nacionalismo, subida del PSOE y bajada de C´s y UPodemos.
Por eso, los 85 escaños del PSOE, ahora y aquí, pesan más que sus 90 del 20D. Platino puro. Dicho lo cual, el temple de Sánchez en el interior de su partido, es crucial para resolver de una vez este lío político que afecta, naturalmente, a la calidad de vida del agregado social. Y si le faltaba algo a dicha movida, ahí queda la bronca abierta entre PP y C´s. A pensar…
En fin, con este enredo mayúsculo, cuanto antes se abordara la solución de una investidura para un gobierno (sin entrar en su composición) de cambio y de acento progresista, mejor para casi tod@s. Para la inmensa mayoría. Y en esta cuestión, a partir del lunes, el Rey es quien primero mueve ficha.

lunes, agosto 22, 2016

                                El agotamiento conservador en España
(publicado el 21-8-2016 en http://diario16.com/el-agotamiento-conservador-en-espana/)

En España, el juego bipartidista ha dado paso a otro más poblado que aún no ha concluido ni está totalmente definido. Y que, en estos momentos, da lugar a un hecho que parece inexorable: el conservadurismo liberal representado sobremanera por el PP está terminando su estancia en el gobierno central. Otra cosa es, claro, el colosal esfuerzo económico-mediático desde la derecha todopoderosa en estos terrenos, para intentar que la percepción o imagen pública de la ciudadanía entienda como natural que es el PP quien debe seguir gobernando.
Hay al menos tres factores importantes que influyen en altísimo grado en el desenlace de la inaudita presente situación relativa a la investidura de un presidente: uno, el impresionante abanico de recortes sociales sobre la gran mayoría de la población, que Rajoy y sus gobiernos han ejecutado en cuatro años con propina; otro, el inaguantable tufo de corrupción que rodea al PP; y el tercero -pero bien decisivo al respecto- es el conjunto de estrategias (que no tácticas) de PP, PSOE, Unidos Podemos, Ciudadanos y demás partidos ya con predominio nacionalista de diferente signo e intensidad.
Así, Ciudadanos aparece en estos días como una formación que, al ayudar al PP, trata de equilibrar la percepción de su público potencial (mayoritariamente de centro-derecha). Esto es, procura de esta manera recuperar o al menos no perder más electores de derecha moderada. No obstante, con esta aproximación clara al partido de Rajoy, Ciudadanos va a tener muy difícil no perder cancha entre su público (minoritario, pero no tan pequeño) más escorado a la izquierda moderada.
Pero es que, adicionalmente, no parece aventurado decir que el presidente del gobierno en funciones está en precario y jugando de farol, pues a no ser que ciertos partidos nacionalistas le llevasen en volandas a la investidura (con el consiguiente desgaste monumental para dichas formaciones, de ahí la improbabilidad de esta solución), Rajoy está políticamente amortizado y contando los días, o como mucho meses, que le quedan en Moncloa. Por eso clama incesantemente a la abstención -siquiera seis votos- de un PSOE que, de caer en esa trampa, estaría abocado al sumidero electoral por muchos años, a la marginación. Es sumamente comprensible, así, el “no es no” de Pedro Sánchez. E injustificable, desde una postura socialista y precisamente estadista, la luz de gas (aquí y ahora) de la baronía y otros pesos pesados hacia su líder actual, pidiéndole una abstención verdaderamente orgásmica para el PP y la derecha económica, pero abominable para la inmensa mayoría de la clientela socialista (encuestas aparte que merecen otro artículo más amplio que el presente).
Por ello, parece palmario que lo primero que debería hacer el líder socialista para iniciar conversaciones sobre su eventual investidura, es potenciar al máximo las consultas a sus bases, e incluso a sus electores potenciales (en este caso, con las debidas cautelas para evitar intrusismo de la competencia política).
Pues bien, así las cosas y si no se quiere ir a unas terceras elecciones navideñas (fecha buscada por Rajoy), aparece la solución de un gobierno de cambio con marcado acento progresista. Que pasaría por la investidura de Pedro Sánchez, con el apoyo -entrando o no en el gobierno- de Unidos Podemos que, o hace eso, o en las elecciones navideñas o año nuevo bajaría a plomo por negar dos veces al PSOE, apoyando tácitamente otras dos al PP. Y asimismo con la abstención de muchos partidos nacionalistas, pero también de Ciudadanos. Porque si Rivera y l@s suy@s no hicieran esto (en realidad tendrían fácil la abstención como “partido de centro” que acabaría de apoyar a un Rajoy que no pasaría la prueba), serían claramente percibidos como auténtico partido apéndice del PP. O sea, con el futuro cercano tendente a cero.
Otras soluciones de investidura y posterior gobierno en clave de un@ “independiente” o recambio dentro del propio PP, por definición abdicarían de un cambio progresista mínimamente notorio, que es lo que la aritmética electoral dibuja como voluntad del pueblo, y no el empecinamiento de “partido más votado” del PP. Porque es el más votado minoritariamente, pero el más rechazado mayoritariamente. Y ello, en democracia, exige cambio.
José Luis Arceo Vacas @jlarceo 

viernes, marzo 04, 2016

La mayoría que viene


Terminada la segunda votación de investidura del líder socialista Pedro Sánchez, con el resultado de otro no, se abre inmediatamente un nuevo tiempo de negociación. Y aunque las elecciones del 20D han deparado una composición muy plural del Congreso, ciertamente quedan pocas opciones más o menos probables -no ya posibles- a la vista:
a) La Gran Coalición Transversal con Resultante de Centro-Derecha, preconizada sobremanera por Rajoy y el PP, que se resume en la tríada PP-PSOE-Cs (o incluso sin Ciudadanos), presidida por el actual presidente en funciones y que el Partido Socialista ha negado y niega sin resquicio alguno para la duda. No faltan rumores (sin que el PSOE ni su líder les hayan dado hasta el momento luz verde) acerca de la posibilidad de que dicha coalición fuese presidida por otro miembro del PP o de su órbita, o incluso por el número uno de Cs Albert Rivera. En todos los casos, previa decisión inexcusable del Jefe del Estado para poder ponerse oficialmente en marcha siquiera el intento de cualquiera de dichas soluciones. 
b) La Gran Coalición Progresista (PSOE-Podemos-IU y otros), preconizada en un principio por quien sería su presidente, Pedro Sánchez (incluyendo viaje a Portugal para emular al gobierno luso), y que después abandonó, pienso, por dos razones fundamentales: una, que la suma de izquierda no logra alcanzar mayoría absoluta; otra, el referéndum de autodeterminación (en realidad inviable en la presente legislatura solo ya con el bloqueo del PP), que defiende Podemos junto a las genuinas formaciones -no todas de izquierda- de corte independentista. En esta solución, por cierto y entre otras cosas, aparece una importante (para much@s) contradicción entre los conceptos de izquierda y de nacionalismo. Por si faltaba algo para no sumar mayoría absoluta progresista.
c) La Gran Coalición Transversal con Resultante de Centro-Izquierda, lanzada de manera personal (junto a Albert Rivera) desde antes de la investidura y en estos momentos por Pedro Sánchez,  quien sería su presidente. Y que trata de sumar a PSOE, Podemos, Cs, IU e incluso otros. Y negada sobre todo por Podemos y su número 1, así como por Alberto Garzón como representante de IU-IP, y por otras formaciones.
d) Nuevas elecciones el 26 de junio próximo, lo cual llevaría a un panorama muy preocupante: por un lado, Rajoy (con sus circunstancias y las de su partido) estaría aún varios meses más como presidente en funciones; otra, que los resultados no parece que fuesen muy diferentes a los del 20D. Y en todo caso, mi opinión es que el PP bajaría, de no hacerse una reseteo urgente (incluido el cambio de líder), y probablemente Podemos sufriría también pérdida de escaños, tras una campaña en la que no iba a ser muy difícil para el PSOE machacarle como presunto culpable de la repetición electoral y de frustrar un cambio, siquiera moderado pero incluyendo nada más y nada menos que el despedir al PP de Moncloa.
La reflexión final no tiene mucha dificultad, en mi opinión: no importa mucho como la llamen, pero o hay una Coalición todo lo progresista que se pueda, pero con cierta transversalidad... o elecciones. Con todas sus consecuencias.