Vuelve la
moda: partidos de cuadros versus partidos de masas *
Un partido de cuadros se caracteriza, sobre todo y solo
de cara a lo que a este pequeño escrito interesa (es decir, la enorme
disfuncionalidad de buena parte de los partidos políticos en pleno siglo XXI),
por ser un no muy amplio grupo de notables (élite), de individuos relativamente
bien posicionados en la sociedad, y reunidos en dicho partido, usualmente, para
conseguir a través de éste el éxito electoral individual.
Un partido de masas propiamente dicho, sin embargo,
se caracteriza por tener un número de afiliados o militantes relativamente
amplio (muchos miles) que, en realidad, son los verdaderos dueños del partido,
tanto por su voto para el funcionamiento y objetivos de dicha institución como
por su periódica y continuada contribución dineraria para el co-sostenimiento
de ésta, típicamente concebida como herramienta al servicio pleno y solidario de
la ciudadanía y sus necesidades. Así, un
verdadero partido de masas necesita no sólo de un abultado número de afiliados,
sino asimismo de la participación esencial de esas bases en las decisiones más
importantes, junto a un objetivo social que armonice igualdad con libertad.
Un mínimo acercamiento a la historia de los partidos
políticos, nos ofrece que los de cuadros (los primeros aparecidos) surgen en el
denominado -en sentido amplio y filosófico y no estrictamente economicista-
Estado Liberal, y enfrentados así al paradigma totalitario de las Monarquías
absolutas del Antiguo Régimen. El Estado Liberal aporta así el Estado de
Derecho con todas sus positivas consecuencias.
Pero, ciertamente, con los enormes vicios y
patologías sistémicos del capitalismo (el cual, más pronto que tarde, se
apropió directa o indirectamente de las esencias y estructuras de los partidos
de cuadros), nacieron -siglo XX- de manera casi necesaria y natural los
partidos de masas. Esto es, los partidos que cuestionaban la explotación de la
mayoría ciudadana por parte de una minoría elitista con alergia supina al
concepto de igualdad y, al final y por ende, bloqueadora de la libertad real,
que no puramente formal.
De manera que, en esa lucha contra el
conservadurismo economicista liberal (contra la derecha y sus partidos de
cuadros), los primeros partidos de masas fueron de fortísimo contraste
ideológico a los mentados de cuadros: verbigracia, los partidos comunistas y
socialistas, que cuestionaban en aquellos principios (y aún hoy los comunistas en
no pocos casos, que no en todos), la democracia
liberal, con la cual en su conjunto total se identificó asimismo indebidamente
en su día un capitalismo que, tras siglos, se produce con alta frecuencia como
salvaje e inhumano. También hoy, sí, en pleno siglo XXI.
Por eso, es desmoralizador observar cómo se hace
fuerte en el planeta que increíblemente nos apresuramos a destruir, la figura
de los partidos de cuadros, que en realidad nunca desapareció. Con dos
salvedades o características bien nuevas pero asimismo bien nocivas: 1)se
presentan como partidos de masas, y sin embargo actúan como verdaderos partidos
de cuadros; y 2) se dan en la derecha, y también en partidos históricamente de
izquierdas.
Sí, son partidos que desde sus mismos estatutos
preconizan lo que en realidad incumplen diariamente: se las ingenian para que
se cronifiquen los cargos electos en listas cerradas y bien cerradas, y si se
atisba por esas élites (cuadros) dirigentes el mínimo riesgo a perder la
prebenda del cargo, entonces se niega mediante inmundas tretas propias de
triler@s de quinta división la democracia directa a las bases de afiliad@s.
Etc. Asco. Asco intelectual porque nos toman por estúpid@s. Y asco esférico,
esto es, asqueroso se mire como se mire.
La democracia
representativa es ciertamente imprescindible en nuestras sociedades de
ciudadanías gigantescas. Pero tiene
abultadas fallas. Por eso, el complemento de la democracia directa,
dentro y fuera de los partidos, es antídoto contra la paradictadura funcional
disfrazada de democracia formal. Es todo un
reto. Y línea roja que separa a los genuinos
partidos de masas de los partidos de cuadros que se llaman de masas.
*Publicado ayer en diario16.com/vuelve-la-moda-partidos-de-cuadros-versus-partidos-de-masas/