lunes, noviembre 11, 2019

Tras el debate: el exasperante laberinto español

Publicado en Diario16 el 5/11/2019 https://diario16.com/tras-el-debate-el-exasperante-laberinto-espanol/

El debate a cinco (Sánchez, Casado, Rivera, Iglesias y Abascal) por televisión pienso que ha ofrecido varios aspectos significativos. De una parte, ha servido para reforzar a los públicos respectivos que las diversas encuestas asignan a este quinteto de partidos (y a otros aunque no hayan estado, por derivación), con el añadido de que probablemente se ha reducido al menos un poco más la enorme abstención que pende sobre el 10N, lo cual retocará los distintos porcentajes y escaños citados. Y por tanto y por otro lado, creo que no debe hablarse de perdedor alguno en este debate: los cinco ¨lo han ganado” alcanzando más o menos, como he dicho, a sus audiencias-objetivos.
En definitiva, el debate (en el que, naturalmente, han aparecido pluralidad de propuestas, adelantando Pedro Sánchez, por cierto y por ejemplo, que si gobierna habrá una vicepresidencia de economía ocupada por la actual ministra del ramo, Nadia Calviño), es una resultante lógica de estos últimos meses. Esto es, a menos de una semana de las inminentes elecciones generales del 10 de noviembre, se remarca la tendencia de toda la muy larga campaña -legalmente “pre”- y campaña propiamente dicha minimizada a siete días. Incluida como he anotado atrás la probable aún notable abstención del electorado, singularmente el de izquierda, y con ello el asimismo probable bloqueo institucional. De manera que, o no habrá gobierno y con ello iríamos a una increíble convocatoria electoral más, o si lo hay, su debilidad será de tal calibre que, a mitad de legislatura, tendríamos quizás servido el adelanto de elecciones generales.
Hablar pormenorizadamente de esta dilatada campaña de facto, ya se me hace tedioso, de verdad. En general y con excepciones y algunas diferencias (el clímax, véase con los resultados del 10N respecto a los del 28A), vuelve a reinar nuevamente la falta de finura estratégica, de creatividad e incluso, en algunos casos, de buena planificación mediática. Penoso. Y todo esto no ayuda, es obvio, a reducir el índice de abstención.
En realidad, el ir a unas elecciones el 10N a mi no me pareció mal. Me explico: sabido es que recomendé comicios en el otoño de 2018, después para al menos el comienzo de 2019, y más tarde (como último recurso) hacerlos coincidir el 26M con los autonómicos, municipales y europeos. Es palmario que no tuve éxito alguno en cualquiera de las tres sugerencias. Así, las elecciones del 28A ofrecieron un claro triunfo del PSOE, sí, pero asimismo la entrada en un típico laberinto multicursal de conexión múltiple. Es decir, un camino plagado de incertidumbres para encontrar una salida acertada y aceptable para quien gobierne y -sobre todo- para la buena marcha del país. De manera que una repetición electoral comenzó a configurarse como lo menos malo para la ciudadanía.
Y a propósito de ello, debo añadir (es mi opinión) que el secretario general del PSOE, actual presidente en funciones del gobierno de la nación y candidato a la Moncloa el 10N, probablemente en su día, junto a otros aciertos importantes, se equivocó en comenzar a seguir ciertos consejos inadecuados una y otra vez… que le han traído aquí y en esta situación. Porque no se trata de gobernar a corto plazo, sino de gobernar con relativas continuidad y comodidad para aplicar los programas del ideario. Y no hay que ser muy observador(a) para darse cuenta de que Pedro Sánchez lleva bailando en el alambre desde hace mucho tiempo. Y reconociéndole su enorme tesón (que no es su única cualidad) realmente así no se puede ni se debe hacer política a medio y largo plazo. En todo caso, claro, él sabrá, faltaría más…
Así que, en fin, tras el debate a cinco, Pedro Sánchez -más probable-, o Pablo Casado -no tan improbable-, pueden intentar formar gobierno tras el 10N. Pero dentro de un auténtico laberinto de salida no precisamente fácil y con consecuencias de cronificar el conflicto actual entre bloques no solo de derecha e izquierda sino asimismo de otra índole. Por eso y aunque yo siempre espero la bondad del ser humano (ya sé que puedo parecer utópico, pero es que en realidad lo soy afortunadamente), y que por tanto Sánchez o Casado puedan formar gobierno, ¿por qué no pensar, siempre que realmente fuese necesario por haber otro bloqueo sin esperanza de resolver, y con la Constitución en la mano, en una solución extraordinaria? Que podría ser alguien alternativo que propiciase una salida rápida, sencilla, muy mayoritariamente apoyada por la ciudadanía y por ello sin riesgo de enfrentamientos entre bloques. Porque la política, en su sentido genuino y más hermoso, se debe por encima de todo al pueblo, y los partidos y sus líderes son necesarias herramientas, pero nunca fines en sí mismos, para tan maravillosa función. Más bloqueo, no. Soluciones inteligentes y generosas, si fuese necesario, sí.


miércoles, abril 24, 2019

Lo más probable: PSOE ganará, Cs decidirá gobierno

Publicado en Diario 16, el 2/3/2019 https://t.co/8yteKDn6jW?ssr=true
Con dos meses de adelanto respecto a las elecciones generales de 28 de abril próximo, no voy a sacar (como nunca he hecho en mi vida) una bola de cristal para hablar de los resultados concretos en dicha fecha. Eso nadie lo sabe, ni siquiera a la hora en que se cierren las urnas ese día. El recuento de papeletas es la mejor y única encuesta verdaderamente fiable.
Pero lo que sí procede hacer es observar y analizar la realidad lo más objetivamente que se pueda, revisar las diversas encuestas que van apareciendo al respecto, intuir desde la dilatada experiencia en estos menesteres, aplicar el sentido común y dar una opinión de qué parece ser lo más probable cuando las urnas se abran ese 28A.
Así, el promedio de encuestas publicadas (Ver El País digital del 27/02/2019, Llaneras, K.) de las empresas que han llevado a cabo sondeos en las dos últimas semanas (Metroscopia, Sigma Dos, Simple Lógica, Sociométrica, Invymark y GAD3), arrojan, entre otros, los siguientes resultados en cuanto a estimación de voto: PSOE 26,3%; PP 20,5%; Cs 16,7%; UP 14,2% y VOX 11,7%.
De otra parte, el barómetro de febrero del Centro de investigaciones Sociológicas (CIS) presidido por el profesor Tezanos, aparecido el 28/02/2019, muestra, entre muchos más datos relativos a la vida española, los siguientes resultados para lo que aquí concierne: PSOE 33,3%; PP 16,7%; Cs 15,3%; UP 14,5% y VOX 5,9%.
Diferencias más notables (aparte de las metodológicas en las que aquí no entraré) entre estos dos tipos de resultados: una, que la media de la mentada pluralidad de investigaciones decanta una suma de los tres partidos a escala nacional, del espacio liberal conservador en sus distintas usuales concepciones de centro derecha, derecha y derecha extrema, cercana al 50%. Mientras que en la investigación del CIS, esa suma no alcanza el 40%. Segunda diferencia, que las encuestas de esas empresas citadas dan una media en la que la suma del espacio de izquierda a escala nacional apenas sobrepasa el 40%, mientras que esa suma en la encuesta del CIS publicada este 28F queda cerca del 50% (que con la adición de todas las fuerzas que evacuaron a Rajoy en la moción de censura, daría claramente más del 50%). Tercera gran diferencia, que el PSOE (que en cualquier caso y encuesta es primera fuerza política, eso sí), en la mencionada media de encuestas saca menos de 6 puntos al segundo (PP), mientras que en el barómetro del CIS esa diferencia es de 16,6 puntos (asimismo al PP segundo).
A partir de todo lo anterior que, aunque enormemente resumido, se hacía necesario e inevitable comentar, sobreviene la gran pregunta: cómo va a incidir la campaña (la de 15 días y la que llevamos viviendo (como siempre sucede en cualquier parte del mundo con elecciones democráticas) desde la noche misma del recuento de los últimos comicios generales? Bien, como es natural, las estrategias son para aplicarlas y no para publicarlas, de manera que es imposible saber lo que todos y cada uno de los partidos tienen planificado. Lo que sí es posible hacer es ir analizando el presente, cada día, por ver de qué manera parecen llevarse a cabo estas diversas estrategias y su aparente efectividad o no.
En este sentido, sí aparecen ya las grandes líneas de acción, los también llamados ejes (término este que a mi no me gusta porque es una secuela del trasnochado instintivismo freudiano aplicado a la comunicación). Y que en términos sintéticos, entiendo que son más o menos así: la línea fundamental adoptada por el PSOE, ¨que viene la derecha dominada por el extremismo con la consiguiente regresión a cuarenta y tantos años antes¨; la de UP, ¨sin nosotr@s, el PSOE no hubiese hecho casi nada progresista de verdad¨: la de Cs, ¨ni derecha ni izquierda, nosotros somos la garantía de moderación centrista¨ (nótese que, como predije en su día, el Cs escorado a la derecha intenta volver al concepto de centro); el PP, en un inequívoco pulso -sobre todo con VOX-, de seguir en puestos de cabeza, ¨nosotros somos tan conservadores como vosotros y la alternativa al PSOE y a la izquierda, y por tanto el voto útil para que la derecha recupere Moncloa¨: y VOX, con una línea que, en realidad, podría decodificarse así: ¨somos la conciencia de la derecha española¨.
De este modo, pienso que la abstención electoral en el espacio Cs-PP-VOX, sobre todo con la campaña, incluyendo los debates electorales televisados y por radio que se esperan, tiende a cero (salvo la mínima abstención técnica de cualquier sociedad). Mientras que en la izquierda parece que puede haber la suficiente abstención como para no sumar mayoría absoluta (176 escaños), incluso con serias dudas de que pudiera llegarse a esa cifra con todos los sumandos de la moción de censura triunfante.
Con una inexcusable reflexión adicional: al día de hoy, no veo ni en la derecha ni en la izquierda signos de una campaña rompedora. Pero lo cierto es que la derecha, ahora y aquí, tiene más fácil sumar que la izquierda. Y aunque Cs, no importa que haya aclarado que no pactará con este PSOE (está por ver…) quedase en segundo, tercer lugar…, es el partido que, obviamente, está en disposición idónea en el espacio político español, para en términos prácticos abrir la puerta, designar y participar en un gobierno hacia su derecha o hacia su izquierda. Incluso entrando en nombres (y vetos) para la gobernación. Y a esto hay que llamarlo PODER REAL. 
Esto sí, la pluralidad de acciones de campaña que deben ser bien armonizadas, desde el día a día mitinero para su difusión mediática, hasta la publicidad política y los debates televisados (y asimismo por radio), con un largo etcétera, o se cuida desde la alta pericia, la dilatada experiencia y el fino olfato, o a partir del día 28 por la noche (habrá que ver los resultados, asimismo del 26M), vendrán los llantos.
Seguiré escribiendo…