martes, mayo 16, 2017

El voto sin decidir en las primarias del PSOE

                     
                        http://diario16.com/voto-sin-decidir-las-primarias-del-psoe/

Hace ya unos cuantos años que vengo manejando una taxonomía propia, respecto a los públicos en política que no tienen decidido su voto en las variopintas elecciones democráticas que se producen en el mundo. En esta clasificación de públicos, no me quedo sólo en la categoría usual de indecisos. Hablo, además de públicos favorables a cada candidat@, partido, etc., de públicos flotantes (con segmentos específicos en este último caso) entre diferentes opciones.
En las primarias actuales y en plena efervescencia para elegir a quien ocupe la secretaría general del PSOE, parece que va a haber una participación de la militancia extraordinariamente alta. Se habla de sólo alrededor de un 20% de afiliad@s socialistas sin decidir aún a quién votar o incluso si votar, es decir que, a una semana de las elecciones, el 80% de dicho público implicado en la vida del PSOE sabe perfectamente quien quiere que gane de las tres opciones posibles.
La proyección de los avales cuantificados para cada candidat@, refinada desde el análisis de las circunstancias (a cara descubierta) en que se han producido dichos refrendos, sugiere -como ya tengo escrito en este mismo diario- que Pedro Sánchez es el mejor colocado para ganar las primarias. De manera tal que, a las puertas del debate televisado entre las tres opciones, para que este candidato no ganase tendría que cometer errores inimaginables de facto y/o que el 20% -o poco menos- de esa militancia aún no decidida, vaya finalmente a votar y lo haga al completo por la segunda opción mejor colocada, la de Susana Díaz. Muy difícil.
Pues bien, acudiendo a mi mentada clasificación de públicos, en el caso de individuos con voto sin decidir, que denomino en general público flotante, debo aclarar que éste está integrado en las primarias socialistas actuales por militantes situados (debido a su ideología matizada y a otras circunstancias) a la izquierda y/o a la derecha inmediatas de cada una de las tres citadas opciones socialistas en primarias.
De modo que, en la práctica, parece razonable entender que Susana Díaz tiene sobre todo públicos flotantes con Patxi López, éste con Díaz pero también con Pedro Sánchez, y este último sobre todo con López mucho más que con Díaz. Démonos cuenta de que el modelo de partido, con todas sus consecuencias, así como el tipo de política (en sentido amplio) a llevar a cabo en el gobierno y en la oposición, ofrecen de manera esencial una resultante diferente entre Díaz y Sánchez. Con ello quiero decir que, ni a la optante andaluza le interesa hacer mucho esfuerzo por captar votos flotantes entre López y Sánchez, ni a éste le interesa tampoco gastar energías en lograr militantes flotantes entre López y Díaz. La rentabilidad, en ambos casos, sería muy reducida. Y sin olvidar que tanto Susana Díaz como Pedro Sánchez tienen un nutrido público favorable (parece que más, Pedro Sánchez) con poca probabilidad de cambiar el signo de su voto.
Así las cosas, veamos cuál es el panorama en estos momentos en las primaria del PSOE, desde las tres grandes categorías existentes de tal público flotante:
1)Flotantes indecisos informados, y no necesariamente muy desilusionados, que dudan a qué candidat@ votar, e incluso, ya en menor medida, si votar o abstenerse. En este caso, entiendo que Pedro Sánchez, tras el ofrecimiento de integración a Patxi López e incluso haciendo suyos doce puntos programáticos del líder vasco, tomará la mayoría de votos flotantes indecisos informados y no desilusionados, ubicados entre el madrileño y el vasco. Mientras que este último sí puede captar no tantos votos como Susana Díaz, pero no pocos, de la bolsa de militantes de esta categoría ubicados entre ambos optantes, vasco y andaluza.
2)Flotantes indecisos desilusionados y en general informados, los cuales, debido a variadas circunstancias, pueden llegar a abstenerse o bien decidirse por uno u otr@ candidat@. Análogas consideraciones al caso anterior, si bien en este segmento sí hay una probabilidad mayor de abstención.
3)Flotantes desinformados y, en general, desinteresados, cuya tendencia es, usualmente, no votar, si bien pueden terminar por acudir a las urnas en no pocos casos. En las circunstancias actuales de las citadas primarias, parece claro que el número de integrantes de este segmento de públicos es irrelevante.
En resumen, si con el 80% de votos decidido, la ventaja de Sánchez parece clara, ésta no creo que -en el peor de los casos- vaya a aminorarse con el incremento de participación. Es más, incluso podría perfectamente incrementarse. Con todo lo cual, Pedro Sánchez (a la espera del inminente debate televisado que lo que sobre todo hará es reforzar al público de cada candidat@ e incrementar la participación al aminorar el público flotante), mantiene su posición de probable ganador de las primarias.

sábado, mayo 06, 2017

Pedro Sánchez se posiciona en probable ganador de las primarias

http://diario16.com/pedro-sanchez-se-posiciona-probable-ganador-las-primarias/

El número de avales que cada un@ de l@s tres candidat@s a la secretaría general del PSOE ha recibido, parece el siguiente, en números redondos: unos 63.000 para Susana Díaz, alrededor de 57.000 para Pedro Sánchez y unos 12.000 para Patxi López.
La primera idea que surge a partir de estos datos y que ya está apareciendo por medios tradicionales y redes sociales, es que el número de avales conseguidos por Susana Díaz con la militancia a cara descubierta y teniendo la manija del poder directamente en Andalucía e indirectamente en otros lugares influenciados por notables socialistas que apoyan su candidatura, puede ser mayor que el número de votos recibido finalmente.
Lo que sí parece un indicador bastante fiable del resultado final de las primarias, es que dicha militancia socialista está respondiendo de manera emotiva y agradecida a la intensa campaña que Pedro Sánchez lleva ya tiempo realizando para recuperar la secretaría general del PSOE, que esa misma militancia ya le había otorgado y que el primero de octubre pasado no fue admitido por el Comité Federal, lo cual llevó a dimitir al número uno preferido por las bases.
Así, una comparativa elemental de la asistencia a los diversos mítines ofrecidos por l@s tres candidat@s, ofrece en conjunto una abrumadora ventaja para el citado ex secretario general. Y este indicador es bien representativo, puesto que se trata no sólo de votantes, sino en general de afiliad@s al PSOE, que son los que el 21 de mayo tomarán la palabra otra vez vía papeleta.
En este sentido, parece claro que un mínimo análisis objetivo de la realidad debería ser puesto en práctica por las otras dos candidaturas -Susana Díaz y Patxi López- y obrar en consecuencia. Porque, si el río suena y de esa manera, agua lleva y en abundancia. Y el PSOE, la formación más veterana de todo el estado español, quizás ni debe ni mucho menos puede permitirse una espera de aún varias semanas para conocer formalmente lo que ya va configurándose como algo inexorable: la victoria de Sánchez.
De manera que caben varias vías: una, que Susana Díaz y Patxi López se retiren, lo cual sería un gesto que les honraría y que tendría para ambos un rédito político importante y muy por encima de si pierden estrepitosamente; otra, que Susana no se retire pero sí Patxi sin expresar sus preferencias por quienes quedan; una tercera, que se retire Susana y no Patxi; e incluso una cuarta, que Susana siga y que Patxi decida expresamente apoyar a ésta o a Pedro. Cualquier de ellas tiene, a mi juicio, un resultado distinto en porcentaje pero claro en el ganador: Pedro Sánchez.
Hay que recordar que, no se trata sólo de elegir entre tres candidat@s, sino sobre todo de tomar la decisión estratégica y medular para el socialismo y para la ciudadanía española, de seguir con el modelo actual o bien apostar por un modelo de partido de este siglo y de futuro innegable, que es, eso sí parece incuestionable, el que encarna y lidera Pedro Sánchez.

Dicho todo lo anterior, ¿quién sabe si va a haber o no dimisiones en la carrera para las primarias socialistas? Porque, como me recordó hace poco un afamado amigo de la izquierda alternativa, la lógica y la política no parecen ser buenos amigos. A esperar…

La France a besoin d'un Pierre Sanchez

Publicado en http://www.fundacionsistema.com/la-france-a-besoin-dun-pierre-sanchez/

Empezaré por afirmar algo que aunque ya parece evidente por sí mismo, axiomático, hay quienes tratan de confundirlo: los partidos políticos franceses y su situación a las puertas de la segunda vuelta para que la ciudadanía elija a su president@ de la República, no son equivalentes a los partidos españoles y su coyuntura actual.
En efecto, la primera vuelta de las presidenciales del país vecino ha arrojado la siguiente escena: la ultranacionalista-derechista Marine Le Pen (Frente Nacional) no sólo ha pasado a la segunda consulta para intentar llegar al Palacio del Elíseo, sino que -según informan las encuestas- aproximadamente el 10% de sus votantes tenía como segunda opción a Jean-Luc Mélenchon (Francia Insumisa). Y viceversa, esto es, también sobre el 10% de quienes votaron a este líder de izquierda alternativa que incluye al partido comunista, mantenía a Le Pen como segunda posibilidad.
Asimismo, el socialista Benoît Hamon ha quedado el último de las cuatro grandes candidaturas, lo cual no es arriesgado afirmar que se debe a la nefasta siembra de sus correligionarios Hollande y Valls, ambos escorando al Partido Socialista francés hacia la derecha en los últimos años. Mélenchon ha recogido buena parte de este descontento, mientras que el centrista Emmanuel Macron (gran vencedor de la primera vuelta y parece que virtual presidente de Francia) se enfrentará a Le Pen por la jefatura del Estado.
Pues bien, en España, haciendo la distinción inequívoca entre elecciones presidenciales en el caso francés y las legislativas nuestras, tenemos la siguiente situación:
  1. En nuestro país no existe una ultraderecha tan fuerte como en Francia. Sobre todo, porque el Partido Popular supo amalgamar desde su nacimiento y hasta hace relativamente poco a la gran mayoría de la ciudadanía votante ubicada desde esa extrema derecha dentro del espectro constitucional hasta el centro/centro derecha. Pero la política neoconservadora de Mariano Rajoy -de resultados nefastos para las clases baja y media- junto a la gran corrupción que viene rodeando al PP, así como la aparición del partido Ciudadanos y su líder Rivera (tampoco coincidente con el perfil de Macron), han recortado en notable número las personas votantes provenientes de ese centro derecha, resultando así todo ello en la pérdida de la mayoría absoluta por parte del PP.
  2. El centro en España, en estos momentos, queda repartido -por orden de importancia- entre Ciudadanos (que ya directamente se declara liberal progresista para diferenciarse del neoliberalismo conservador del PP), y el PSOE (que está al día de hoy instalado en términos reales en ese centro/centro izquierda nada claro), produciendo con su abstención la nueva investidura de Rajoy, y que es así percibido de manera muy extendida como una formación que ya no se identifica con la izquierda -otra cosa es la dialéctica al respecto de quienes directa o indirectamente están en estos momentos en la sala de máquinas socialista-.
  3. En la izquierda española, el PSOE ha sufrido las decisiones de Rodríguez Zapatero con aquellas medidas tan poco afortunadas en mayo de 2010, contra natura del ideario de su partido. También la incapacidad de Rubalcaba para enderezar el partido y el resultado electoral del mismo y evitar la automática y cantada aparición de Podemos -y sus aliados electorales- intentando un sorpasso que con Zapatero o Rubalcaba como candidatos socialistas, entiendo que se hubiera producido ya. Con Pedro Sánchez como secretario general y candidato a la Moncloa, ese sorpasso no se produjo. Gran diferencia con su homólogo francés Hamon, pese a la contrastada buena voluntad de éste. En definitiva, Pedro Sánchez (ya sé que esto sonará a exabrupto a no poc@s de este PSOE ahora cercano en tantas cosas al PP) ha sido un auténtico cortafuegos para este partido en unas circunstancias muy difíciles que ni Zapatero ni Rubalcaba tuvieron: la concurrencia de Podemos capitalizando en buena medida la indignación ciudadana.
Y en plena campaña de primarias de su formación, Sánchez está siendo aclamado diariamente por miles de militantes socialistas que desbordan los recintos, con un discurso bien sencillo pero contundente: quiere que el PSOE regrese, vuelva a ser el partido hegemónico de la izquierda toda, a excepción de la extrema. Y quiere que la militancia no sea ninguneada, sino que sea quien decida en última instancia acerca de asuntos importantes. Porque en armonía con la democracia representativa, la democracia directa produce más y mejor democracia, más profunda. Y una democracia profunda se acerca mucho a la gran máxima que, confieso, vengo defendiendo toda mi vida: no hay libertad sin igualdad, y no hay igualdad sin libertad.
Además, el candidato Pedro Sánchez quiere volver a ser el número uno de su partido, del que fue desalojado (formalmente dimitió, claro) aquel primero de octubre de 2016 en contra de la opinión de las bases que le habían votado para el cargo. Y ahora vuelve. ¿Para qué? Para ganar, según muestran los datos tozudos. Lo cual sería lógico (así lo dijo ya la militancia obviada, reitero), y este estado de cosas en el socialismo español está a años luz de su mentado homólogo francés. Al otro lado de los Pirineos, Hamon no ha podido, a pesar de su ideología izquierdista, reflotar a su partido, demasiado herido por sus notables y citados compañeros de socialismo light. En este lado, Pedro Sánchez, de ganar, podría comenzar una suerte de Suresnes II en el PSOE. Una nueva socialdemocracia para un nuevo siglo, el XXI. Nuevos conceptos: izquierda y democracia directa en refinada armonía con la democracia representativa, enriqueciendo a ésta.
Francia, pues, en esto y como se ha visto, tampoco es igual que España. Ni en la derecha, ni en el centro ni en la izquierda, pues en esta última el socialismo francés tiene diferentes circunstancias que el español; y más a la izquierda, Mélenchon y Pablo Iglesias sí comparten populismo y coordenadas ideológicas -aproximadamente-, pero con diferente génesis, trayecto, modelo de partido y personalidad concreta de ambos líderes. Por eso, con el mayor cariño y respeto, digo -como ilustra el título de este artículo- que nuestros vecinos necesitan un Pedro Sánchez. Al menos, uno similar. Para el siglo XXI. Para un nuevo socialismo francés.